El pez trompeta es uno de los animales marinos que más fácilmente puede ser identificado por su aspecto tan peculiar. Por si esto fuera poco, tiene hábitos únicos. Y se puede afirmar que es uno de los animales marinos más fascinantes.

MORFOLOGÍA DEL PEZ TROMPETA

Los peces trompeta son delgados y alargados con una cabeza grande, larga y hocico comprimido. No sorprende que su nombre se deba a la forma de su cuerpo y al hecho que su boca se asemeja a la boquilla de una trompeta. 

En la punta del hocico alargado hay una sola barra prominente. Las aletas dorsales y anales del pez trompeta son pequeñas, reducidas y están situadas muy atrás en el cuerpo del pez, lo que le da una apariencia casi de serpiente. La aleta dorsal está precedida por doce espinas dorsales, y la aleta caudal (cola) es pequeña y muy redondeada. 

El tamaño promedio es de poco más de 75 centímetros. La coloración en el pez trompeta es variable de un individuo a otro, pero las tres tonalidades básicas son marrón rojizo, gris azulado y amarillo verdoso. Comúnmente presentan varios patrones de manchas irregulares de color negro o marrón. 

Normalmente pueden verse en su cuerpo varias marcas que incluyen una o dos manchas oscuras en la aleta caudal y barras negras en la base de las aletas dorsal y anal, independientemente del patrón de la morfología del color. Adicionalmente, el pez trompeta puede cambiar fácilmente su color para que coincida con su entorno para camuflarse. 

HÁBITAT DE LOS PECES TROMPETAS

Es muy común ver al pez trompeta en muchas partes del mundo, desde las aguas del Caribe, las Indias Occidentales, el oeste de América Central, el Atlántico oriental y a lo largo de la costa de África occidental.

El pez trompeta habita en lechos de algas marinas y arrecifes de coral en aguas poco profundas de entre 2-25 metros de profundidad. En los arrecifes, el pez trompeta se refugia particularmente alrededor de áreas abundantes en estructuras verticales. Esto se debe principalmente a que tiene el hábito de nadar de forma vertical.

Del mismo modo, en los lechos de algas marinas, el pez trompeta nadará habitualmente de forma vertical entre las hierbas marinas para camuflarse.

COMPORTAMIENTO DE ALIMENTACIÓN

Los peces trompeta son carnívoros y se alimentan principalmente de pequeños peces e invertebrados. Sin embargo, se sabe que pueden consumir ejemplares tan grandes como los peces cirujanos. 

En lugar de utilizar la velocidad o la agilidad para atrapar presas, el pez trompeta ha desarrollado varias técnicas de alimentación especializadas. Una de ellas es camuflarse usando sus cromatóforos verticalmente entre las algas del mar y desplazarse lentamente con la corriente. Cuando se presenta una presa, el pez abre su boca más que el diámetro de su propio cuerpo, facilitado por los tejidos elásticos de la boca. Debido a la velocidad  a la que hace esto, crea un vacío. Así logra aspirar a la presa para poder comérsela. 

Otra técnica de caza especializada del pez trompeta consiste en que nada lentamente detrás de un gran pez herbívoro, luego enrolla su cuerpo en forma de S y se lanza rápidamente hacia la presa cuando se presenta un momento oportuno para atacar. 

COMPORTAMIENTO REPRODUCTIVO

Las complejidades de la reproducción del pez trompeta no están bien estudiadas, pero se sabe que usan sus habilidades de cambio de color cromatóforo para realizar rituales elaborados de exhibición de apareamiento. Estos rituales de cortejo se producen cerca de la superficie marina, luego, como en sus parientes cercanos, los caballitos de mar, la carga del cuidado de los huevos se le da al macho, quien los fertiliza y los lleva en una bolsa especial hasta que eclosionan. 

CAMUFLAJE DEL PEZ TROMPETA

Como se indicó anteriormente, el pez trompeta puede usar pigmentos especiales que contienen cromatóforos para cambiar el color. Debido a que no son buenos nadadores, los peces trompeta dependen en gran medida del mecanismo de camuflaje para defenderse de los depredadores y para atrapar a sus presas. Es capaz de imitar a perfección las tonalidades de su entorno para lograr su objetivo. 

De hecho, es tan hábil mimetizándose que puede incluso balancearse verticalmente para imitar el balanceo de las algas marinas en la corriente. Con esto, logra confundir fácilmente a sus predadores o a posibles presas.

Debido a su tamaño, no tiene muchos depredadores naturales. Entre estos se encuentran las especies de mero más grandes, los pargos y las morenas.

Aunque no se tienen muchas cifras exactas sobre la cantidad de individuos que existen de esta especia, no se considera que esté en peligro de extinción.